Revista Internacional de Poesía "Poesía de Rosario" Nº 19
Revista Internacional de Poesía : "Poesía de Rosario" Nº 19  
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LAS LINTERNAS FLOTANTES Mercedes Roffé
 
 
 
“Las linternas flotantes” de Mercedes Roffé
Ed.Bajolaluna Bs.As.2009.
 
 
 
Asistir a la presentación de este libro, me permitió dialogar con la autora y que de las preguntas formuladas por el público, se pudieran desbrozar algunos interrogantes desde los cuales parte la obra, incluso desde su título.
 
Son linternas flotantes, muchas de las veces, las utilizadas en rituales en Japón, Hawai y otras latitudes del planeta, que se dejan flotando sobre las aguas desde el anochecer y hasta la madrugada consumiendo su vela en procura de permitir que los espíritus o almas de los muertos puedan alejarse, dejar libremente los lares que habitaron sus cuerpos, desprenderse de esa última carnadura con la que habitaron en el paisaje, para deshabitarlos e irse donde fuere se vayan.
 
 
 
De esos diálogos con el público también surgieron muchas otras cosas, lo cual demuestra la importancia de la relación cara a cara con todo autor. Por ejemplo, se vio claramente la estructura filosófica de la autora por su formación y el encuentro con “la silla vacía” en la que ningún barbado anciano gobierna el universo.
 
Qué pasa en uno mismo?.Lo que se advierte en un otro, se descubre en uno mismo.
 
Esto es. De formaciones filosóficas que implican religiosidades, misticismos o rituales, de pronto un día de la vida nos encontramos sin esos techos, clubes, partidos políticos o religiosos. Aparece la intemperie, que explicitada en su nombradía o implícita en su tapada existencia, dejan al hombre “sin padre”, sin cobijo. Diría quizás el análisis: la falta. Sin protección. Sin Dios. En soledad. Enfrentados con un vacío de estructura interior, habiendo advertido “esa ausencia”
 
 
 
A veces, ese descubrimiento demanda que lo gregario o no gregario de las personas, busque la integración en una sociedad, secta, religión, club,…o familia para sentir cumplido ese “mandato” cultural quizás solamente de “crecer y reproducirse”, liderar y obedecer, integrándose a la maquinaria que le permita tener que enfrentarse con lo más terrible quizás de la existencia: la soledad.
 
 
 
Y es justamente el poeta, que no es ningún “pararrayos celeste” como dijera aquel Darío, quien aún conociendo ese o esos riesgos, la enfrenta, asume y traduce en palabra el desasosiego que dicha confrontación provoca.
 
El poeta enfrenta la soledad como muerte metafísica que lo va preparando para la hora final.
 
 
 
La extensa lista de libros que la poeta viene publicando desde 1977, eximen de hablar de trayectoria. No se trata del libro que todo joven escribe y publica en la adolescencia, en caso de Mercedes Roffé a los 23 Años.
 
 Se trata del libro de más de una decena de obras, incluso en diversos idiomas que denotan un trabajo por el que transita durante medio centenar de años.
 
 
 
El primer extenso texto que podría llamarse un mándala personal, un rosario o una oración que la poeta se dice a sí misma, ordena su proceder y habla desde los infinitivos dormir, residir, tejer(por urdir), de; “ dormir con los ojos abiertos, bien abiertos, ….de pie….alerta…apoyada en el vano del día…Residir la noche toda en la pura presencia de la letra/…el trazo, la cifra./ Residir la vida toda en duermevela…/porque sentir es más que ver y más aún es fundirse”… Texto en el que sin duda me atrevo a recalcar, la poeta se consagra a la palabra. Y es una consagración de la que no se regresa.
 
Es un extraordinario texto de comprensión de la vida, o de su vida que siendo en poesía en de toda vida. Lucidez.
 
 
 
Al comienzo del poema II, viene a la memoria un diálogo con Padeletti, en el que el poeta decía algo así como que; quien vive o hace el mal, no puede ser poeta en tanto y en cuanto el poeta es un ser que busca la luz, iluminarse a sí mismo. Que la maldad oscurece a los hombres e impide que su poeta aflore. Y en este segundo poema de Roffé hay una invitación: “Hay maldad…corrupción, mentira…malicia/. ...engaño. / Residamos a la vera del día./
 
 Hay mal, fraude, sombra…/ Residamos la noche en el seno urgente del día./
 
Moremos…en el fétido seno del mal/…contra el mal”.
 
Al decir de Bachelard, el día y la noche son ámbitos propicios si, como invita Roffé, residimos urgiendo el día, que es decir, residamos la oscuridad anhelando la luz.
 
 
 
En otros textos de esta obra, la paráfrasis por ejemplo ”No pasará esta noche por el ojo de una aguja”, que parafrasea aquello de “Es más fácil que pase un camello por el ojo….”·, denotan raigambres culturales de una autora con formación, que da lugar a una poesía de profundidad y saber. No son florcitas. Es poesía de la más alta.
 
Y para no exceder una reseña como debe ser esta, algunos textos más interesantes y señeros de Las linternas…:” Crece el jazmín y se abre en blanco bienoliente…jazmín alado a un costado de tu hombro/ Vida sutil./ Susurro de aguas transparentes…/Música es/ aquello que bendice…/ Cristal-Aleph que encierra-libre…”
 
 
 
O en VI.: “La luz se hizo///…y los pastos y los cielos y los mares/ Sutil aquel que separó/ el azul del azul//el día de la noche/…
 
 
 
Los poemas de este libro, por su latido interno, por su sentido, su música, me han dado la sensación de un diástole y sístole de palabras, de pensamientos y sentimientos que se expanden y entrópicamente vuelven sobre se mismos, se repliegan y vuelvan a abrirse.
 
Anduve varios días con este libro y el viaje fue mejorado por estos poemas iluminados e iluminadores, luminosos por sí mismos.
 
 
 
Como en “El monte análogo” de René Daumal o en “La serpiente”, de Mircea Elíade, en el que Sergio hace el mismo camino que los demás pero no queda ni se detiene en alguna estación y continúa su experiencia simbólica; así he vivido y revivido estos poemas.
 
 
 
G. I.
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