“Manada” de Leopoldo Castilla.
(Ediciones El mono armado Bs. As.2009.)
Como dijéramos en el número anterior de esta publicación, al tratar “El libro de Egipto”, este poeta realiza a través de la poesía y de su propia errancia física por los lugares más insólitos del planeta, un periplo interior del que regresa con “esta manada de palabras.
Es difícil la objetividad, pero es imprescindible. Se trata de un libro más que se agrega a la casi innúmera obra de este autor. Pero no sólo en agregación. Se suma en una cadena de abalorios, de alumbramientos existenciales poéticos, donde es él mismo quien primero se deslumbra por lo que conoce, al conocer ama y al amar escribe esos versos.
Los elementos químicos, la Candelaria que apaga relámpagos con una cruz de ceniza, los pájaros, su niño recordado soñando, su voracidad de absolutos, el origen de fotones que diseminados en el recorrido de este libro, conforman uno de los tantos ciclos de la vida del mundo, tal vez del universo.
Leyéndolo así aparecemos con el carbono hasta la entropía. Desde la creación a la disolución de lo creado. Y en el recorrido de sus textos, el lector recrea la experiencia del autor.
Destaco la riqueza del lenguaje, el nuevo sentido que el poeta, al hacer uso de palabras que parecían pertenecer sólo a ciertos discursos, son reificadas, reinventadas, invadidas o mejor dicho, conquistadas por y para otro discurso como es el poético.
Un libro que es un derrotero y de ese camino, algunos textos aislados cuya raigambre semántica nos aproximan al corpus integral del mismo:
“…se les escapa,/ neutra, la paloma del volumen…”; “Sólo tienes un minuto/ para sostener/ la desesperanza del mundo,// el mismo/ que sostiene mutando al insecto, las plantas y los peces// (ellos no saben que todavía son ángeles,/ tenues/ ondulaciones/ del infinito”.
O estos versos whitmanianos:”…Ahí voy yo/ tatuado/ por la transparencia de las grandes hojas/hecho del sonido que adelgaza el mar,/herido de nada…”
Opino que este libro “Manada”, realmente golpea las puertas más cerradas del hombre como lo son las de la comprensión de la vida y de la muerte, sus ciclos. Es cosmogónico, místico, sideral, panteísta. Es un librazo de poesía de la más alta calidad lírica con el componente existencial de un hombre que ha vivido mil años. La lectura, realmente debe hacerse en el orden del principio al final consecutivamente y sin parar.
Es un universo creándose y disolviéndose.
Desde el constitutivo elemento "carbono" seguido por cada paso de la evolución, la astrofísica, la química, la naturaleza toda, están hermosamente plasmadas.
Poesía de Rosario